Retorno a la Inocencia
Al Colegio Guido Spano de Salta
En días como estos, cuando una lluviosa madrugada de mi aletargada calma me saca, olvido que el tiempo lo trastoca todo, y regreso en imaginarios viajes a los tiempos donde la inocencia nos rodeaba.
Cuando un beso era el premio inalcanzable que se soñaba en el patio del recreo, donde se jugaba a ser grandes y no dejábamos de ser algo más que niños barbados. Donde latía el corazón aprisa si ella te miraba, te sudaban las manos y la piel se erizaba cuando ella sin querer te rozaba.
Cuando un amigo valía una pelea y una pelea el honor de la manada. El escapar de clases la rebeldía suprema.
Los días que recuerdo son soleados con tonos en naranjas-rojizos, blancos y amarillos intensos. Incluso los días fríos son blancos diáfanos, repleto de delantales y rostros que ya se diluyen en el brumoso libro de mis recuerdos.
Los hay de aquellos más tristes, cuando ella miraba a alguien más, y el pasillo del recreo, se hacía infinito, mientras mordías la rabia y sentías que veías pasar la vida, que no eras parte de ella. O cuando la noche de repente era toda tuya y la abrazabas con los brazos extendidos y con una resaca a la mañana.
Antonio Alejandro Galland