Improvisado a la madrugada
Me gusta pensar que estarás conmigo al llegar la madrugada; que el silencio llegará y se hará semilla, el encuentro será casual, y la espera se hará lánguida al llegar la madrugada. Me gusta intuir tu silueta, al llegar la madrugada; el color de tus labios en la penumbra, el almizcle que rodea tu figura, y el roce no tan casual de las sabanas, al llegar la madrugada. Como éste poema: que nació de una revelación, de una certeza, que fue destinado por los hados, como luz salvadora surgente, desde un bosque tenebroso, ahuyentando mis fantasmas, dando inicio al Todo, así quiero encontrarte... Al llegar la madrugada.