The End of my Life
El fin de mi vida
I
Transcurre el tiempo —¿quién si no?— y
escucho,
La misma pregunta en mis labios quieta,
y pese al ruido que a la gente inquieta,
dichas palabras me atormentan mucho:
¿Cómo será el temido e inevitable
glorioso instante que de la vida pase,
y en segundos eternos yo implorase,
clemencia por mi alma condenable?
En un lecho, un ajado cuerpo veo,
una vela encendida en una mesa,
y el reloj esperando la partida.
Y expiro quieto, sin un parpadeo.
Una amada mano da su promesa,
veo sus ojos llorando despedida...
II
Pero...
No me muestres, oráculo soñado,
si habrá honores, fama y dicha en mi destino,
pues me bastan las que hoy llevo vividas,
para dar por realizado mi camino.
No me mientas, diciendo que no habrá
tristezas,
pues sé que el cardo abunda y la flor
escasea.
Tampoco muestres a los que estarán conmigo,
ni quiero sorprenderme por los que
ya se han ido.
Dadme pues, —para mi final—, un día,
en que el sol del otoño bañe hojas muertas,
como hogar la tierra, tan siempre bendita,
para así renacer al llegar
primavera.
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