Eres

20/1/13

Eres II



No puedo decirte que te amo,

Con tanta parsimonia como imaginas,
No puedo quererte como pretendo,
-Y no es cuestión de voluntad-,
Con tal entrega incondicional,
–¡No ofrezco menos!-.



Te dedico tanto,
Que olvido todo,
Lo que soy,
Lo que fui,
Lo que temo ser.
Eres mi horizonte, mi Rivendel,
Lo primero y lo último,
Que mis ojos ver quieren,
El amor personificado,


El Todo y la Nada,
Lo Incierto, la Duda,
La Certeza, lo Real,
Eres mi AMOR y mi MUERTE,
Y Tú lo sabes,
El Principio y el Punto Final
De mi Existencia.


Antonio Alejandro Galland
Imágenes: Luz Tapia https://www.facebook.com/LuzTapiaArt?fref=ts

Impasse


Impasse

20-1-13


Éste es el irreverente acto,
De exorcizar mi alma mohosa,


La cúspide de la espera,
El segundo anterior a la carrera,
Yesca, chispa, leña seca,
El aliento retenido antes del grito,
El paso anterior al precipicio,
El motivo necesario,
Junto a la voluntad suficiente,
Una declaración de guerra,
La pausa inevitable, ineludible,
La que vaticina la tormenta.
El penúltimo latido del corazón.
Un Nunca Más,
Un Jamás,
Un Final,
Un Principio,
Un Hasta Siempre.




Antonio Alejandro Galland


Declaración

Declaración



No quiero ser recuerdo,

ni caricia anhelada,
ni beso de hielo,
ni mirada alejada.

No quiero ser sombra,
ni huella olvidada,
ni camino recorrido,
ni compañía malhadada.


Lo que quiero ser…
Poco importa.
Lo que quiero que seas…
Eso ya es otra cosa.

Y si tu respuesta,
A la pregunta —nunca hecha—,
Es un lacónico
Y estruendoso silencio;

Una nada, que en las manos,
cual granada explota,
y me lleva con ella,
y al olvido me condena;

Acepto gustoso la prisión,
La gehena y las cadenas,
Cual cátaro a la hoguera,
Abrazaré el dictamen.

Y seré pues, al fin,
Si el tiempo lo quisiera,
Y tú así lo deseas:
Todo lo que tú quieras.

                                                                       Antonio Alejandro Galland

ilustracion: Fakhraddin Mokhberi

Improvisado a la madrugada



Me gusta pensar que estarás conmigo
al llegar la madrugada;
que el silencio llegará y se hará semilla,
el encuentro será casual,
y la espera se hará lánguida
al llegar la madrugada.



Me gusta intuir tu silueta,
al llegar la madrugada;
el color de tus labios en la penumbra,
el almizcle que rodea tu figura,
y el roce no tan casual de las sabanas,
al llegar la madrugada.

Como éste poema:
que nació de una revelación,
de una certeza,
que fue destinado por los hados,
como luz salvadora surgente,
desde un bosque tenebroso,
ahuyentando mis fantasmas,
dando inicio al Todo,
así quiero encontrarte...


Al llegar la madrugada.




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